Cuando te atraviesa la música, penetra en tus oídos, inspira melodías que hacen vibrar tus sentidos. El agua corre y rebotan las ondas como luces en el cielo. Con el frío, caen estrellas de un cielo azul y entonces la música actúa como una señal luminosa. En ese estado, que puedo llamar de "ser-siendo", la canción, es quien te lleva de la mano a otro lugar. Atempera lo inmediato y hace que sientas esa luz brillante de un músico, que te lleva con él, hoy y siempre dentro de su música.