Lo único que permanece es el movimiento, mirar el reflejo de las hojas, un recomendable trabajo y llamar a las cosas por su nombre. Cuando las palabras muerden la lengua, uno sigue intentando tener una chance. A veces es mejor no atrapar a gato sin ratón, tu indiferencia es como un león. Pero es la última fuga de esperanzas, en mi opinión soy muy lenta para perder.